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El movimiento Black Panther de Emory Douglas

El movimiento Black Panther de Emory Douglas

 

El arte al servicio de la revolución

Tras agitar conciencias durante todo el verano neoyorkino, ésta misma semana se clausura en el modernísimo New Museum del Bowery la exposición Emory Douglas: Black Panther. Aproximadamente 165 obras, entre carteles, periódicos y grabados, realizadas entre 1967 y 1976, los años más activos del partido de los Panteras Negras. Arte al servicio de la política.

A pesar de tener 40 años, las obras de Emory Douglas siguen impresionando tanto como cuando se crearon. Al entrar en la galería del museo nos recibe un mural representando una joven mujer negra armada con un fusil voceando “The Black Panther”, el periódico semanal del partido Black Panther.

Cautivado por estas imágenes fue como Sam Durant, comisario de la muestra, contactó con Emory Douglas. Durant es artista y profesor del California Institute of the Arts (CalArts) una escuela de arte creada por Walt Disney con la idea wagneriana del Gesamtkunstwerk (obra de arte total) aglutinando música, teatro y artes visuales. Como artista la obra de Sam Durant investiga la utopía y su fracaso en relación con los movimientos contraculturales y de protesta en la historia política americana.

Emory Douglas nació en 1943 en Grand Rapids, Michigan y se transladó con su madre al área de la bahía de San Francisco con ocho años al serle diagnosticada una enfermedad pulmonar. Allí hizo carrera como delincuente juvenil lo que le llevó al reformatorio de Ontario (California) donde trabajó en la imprenta del centro. Al salir de allí, la asistencia social, en vista de que tenía cierta aptitud para el dibujo, le ofertó estudiar comunicación gráfica en el City College de San Francisco, por entonces uno de los mejores college en éste campo. En la universidad participó en la asociación de estudiantes negros para los que realizó carteles y flyers. Tras un mitin de los Black Panthers en su campus, Emory decidió unirse a ellos.

Por entonces los líderes Huey Newton y Bobby Seale manejaban la idea de crear un semanario del partido e intentaban reclutar buenos fotógrafos para la parte gráfica. En los años sesenta y setenta la comunidad negra no era una comunidad lectora, por tanto el periódico debía tener muchas imágenes. Un día, en el centro cultural de los Black Panther, Douglas encontró a  Bobby Seale intentando dibujar los titulares para el periódico. La incapacidad del líder para estas tareas era más que evidente, así que Emory se ofreció para hacerlo él. Al ver su trabajo le pusieron el título de “artista revolucionario” y decidieron que las ilustraciones de Douglas serían una parte importante del periódico. Al poco de comenzar a publicar el semanario, Emory fue nombrado ministro de cultura de los panteras negras, por tanto uno de los principales líderes y encargado, entre otras cosas, de toda la parte gráfica.

La publicación Black Panther con un tirada que llegó a los 400.000 ejemplares semanales, se distribuía por todo Estados Unidos y poco después también por buena parte del mundo a través de la OSPAAAL (Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América), organización internacional con base en La Habana. 

Los dibujos y collages de Douglas aparecían ilustrando las noticias del periódico y cada semana se publicaba también una obra suya a toda página como contraportada. El éxito de estas contraportadas, que los jóvenes reproducían muchas veces a modo de mural en las calles, hizo que también fueran impresas desde el propio partido como grabados, postres y postales. Son imágenes con fuerte carga política, con un lenguaje gráfico avanzado, creadas para cambiar el mundo y que aun hoy conmueven.

Aunque el trabajo de Emory Douglas nos sorprenda por lo directo él no fue el primero en practicar un arte crítico y dirigido a cambiar la sociedad del momento. El francés Honoré Daumier lo hizo en el periódico político satírico Le Charivari y fue encarcelado por una caricatura que realizó del entonces gobernante Luis Felipe I de Orleans.

El inglés William Hogarth, a principios del siglo XVIII, fue también un gran crítico de las costumbres y políticas de su época. La alemana Käthe Kollwitz fue una artista gráfica fuertemente comprometida con sus ideales antibelicistas.

Otro artista alemán, revolucionario y comprometido fue el dadaísta Georg Grosz. Tras luchar en la primera guerra mundial se hizo pacifista y dedicó su arte a la crítica de sociedad y gobierno, por lo que fue sancionado en repetidas ocasiones. Sus grotescas caricaturas con cerdos y ratas marcaron de forma notable a Emory Douglas.

El periodo de la republica de Waimar fue muy prolífico en lo que a artistas revolucionarios se refiere. El más influyentes para todos los que vinieron después fue el dadaísta John Heartfield. De nombre real Helmut Herzfeld cambió su nombre en protesta por ser alistado de forma obligatoria para combatir en la primer guerra mundial. Fundador junto con su hermano del partido comunista alemán, al acabar la segunda gran guerra vivió en la Republica Democrática Alemana. Es uno de los más importantes artistas del fotomontaje y dedicó la mayor parte de su obra a la revolución y a la crítica del nazismo.

Pero el paralelismo más impresionante no es el que une a Emory Douglas con estos artistas ni tampoco con afroamericanos como Elizabeth Catlett, Sargent Claude Johnson, Ruth Waddy o Charles White, sino el que le une al valenciano Joseph Renau. De familia humilde e ideas revolucionarios fue fotomontador, muralista y llegó a Director General de Bellas Artes en los años de la Guerra Civil. Un verdadero ideólogo, convencido del poder del arte para hacer política.

 Txema Agiriano

Publicado originalmente en Mugalari 16 octubre 2009

 

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