El artista José Ramón Sainz Morquillas no hace llegar éste escrito en relación a su exposición
suspendida en el Museo de BBAA de Bilbao:
En Noviembre de 2007, tras suspender unilateralmente mi exposición el 4 de Julio, el
Museo de Bellas Artes de Bilbao presentó una demanda contra el artista Morquillas
alegando incumplimiento de los acuerdos contractuales. Sin ningún intento previo de
diálogo (incumpliendo otra más de las ocho cláusulas del Acuerdo) invocó
capciosamente un exceso presupuestario del 35%, tendente a justificar su acción
censora, al tiempo que reiteró su campaña de lapidación y difamación contra mi
persona e imagen. Posteriormente, pese a manifestar pública, repetida e
insistentemente que en los próximos días iba a mantener reuniones con el artista al
respecto, adujo que dichas conversaciones habían tenido lugar meses atrás (en fecha
y momento que pretendía la aprobación escrita de su censura y mi silencio);
infructuosas lógicamente, sin resultado positivo para sus intereses. Tras ello,
nuevamente, únicamente su censura y la ausencia de obligada provisión de materiales
han generado de nuevo retrasos y gastos, consecuencia directa y producto de su
actitud. El artista nunca ha pedido mas dinero, ni ha cobrado absolutamente nada por
su trabajo.
Se ha informado de esto y otros hechos delictivos a la Consejería de Cultura del
Gobierno Vasco, la cual ha tenido a bien no responder. Tras ello se ha notificado, a
la Diputada de lo mismo y al Concejal similar (los tres miembros del patronato del
Museo), además de a diversos representantes políticos. Escéptico, aun hoy espero de
ellos, análisis y respuesta sobre estos graves hechos que afectan a nuestros
derechos y libertades y a las propias leyes que aprueban y dicen defender. Actitud
similar podría encontrar justificación perversa en asuntos privados, pero no y nunca
en los públicos.
Un país es su gente, no su geografía o el impuesto ejercicio autoritario de sus
grupos de poder. Nada cambiará en mí, ninguna opción semejante alterará mi trabajo.
Estos tiempos, al igual que a favor de cualquier artista libre, trabajan a mi favor;
nos informan claramente de las variables pretendidas democráticas que componen
nuestro horizonte, de los ingredientes y porcentajes capitalistas, fascistas y
socialistas que los gobiernos colocan en nuestro cielo: In Hoc Signo Vinces.
Se le llena la glotis al político en ocasión de seguro corifeo: "La sociedad no va a
permitir..." "El estado será implacable contra los que vulneran..." "Quedará mas
claro que nunca, si es que había alguien en este país que tuviera alguna duda al
respecto, que estamos ante un juicio por motivos claramente políticos", gritaba
paradójica y autodefensivamente nuestra Consejera de Cultura en relación al
conflicto de derechos del plan Ibarretxe. Siquiera conflicto de derechos se aprecia
con relación a mi exposición. Que gigantesca y siniestra oscuridad se usa como
bandera de reafirmación del interesado si para ocultar la doblez del no. ¡Que
invalidez total incorporan las consignas!. No seré yo quien vote ahora a mi opresor.
¡Maldito uso espurio de su democracia!.
En fechas actuales, hemos respondido a su demanda de Noviembre, exigiendo el
cumplimiento inmediato del contrato y la automática presentación de la exposición.
Con ocasión de nuestra respuesta, y correspondiendo a la Institución, que al tiempo
de la presentación de su demanda, facilitó a los medios falsos e intencionados
argumentos con el único objetivo de destruir mi persona e imagen; te comunico
diversas puntualizaciones para defender mi imagen pública ante la sociedad y frente
a las difamaciones divulgadas por el Museo. Te adjunto mi respuesta ante esos hechos
y copia de la carta enviada a la Consejera de Cultura. Te agradecería la divulgación
de los mismos.:
El silencio de los pastores y el mutismo de las ovejas
El extenso tiempo inesperado de hibernación, ha propiciado, mas que permitir, la
redacción quinta o sexta de este nuevo neoeufemismo que doy temporalmente en llamar
queja, aunque resulte a los ojos atónita religión social de estructura
desamparadamente cierta. Cada nuevo conjunto pergeñado atiende cuestión diferente
que en el papel no acierta sino a ser similar, pese al adorno diverso que disfraza
la frontal muralla y el trasero redil. En ese aprisco-exposición se apreciarán en
galería los variados panfletos amarrados debidamente a sus estacas. No es ello
intención propia, sino trampa ajena proveniente de atávico afecto por la estúpida
oveja.
Esta ocasión, entre diversas y temporales ideas provenientes de acervo común e
incluso doctrinario, se acerca desde y tras conocimiento de reunión del
representante gubernamental del museo con la prensa. Aquel, tras sus primeros
informes tendentes a destruir el reflejo de mi imagen, se acomodó nuevamente con
esta, para transferir nueva información que presumo vieja debido a la inexistencia
de realidades posteriores. Estos cotilleos referidos, no referentes, así lo son
sólo, pues solicitó a los diarios no publicar lo que fue publicitado. La silente
orden de obediencia debida que yo rechacé -obteniendo por ello el premio de la
suspensión- y que los medios respetaron, debe apuntar pues a la inexistencia de
rotundos materiales, equilibrados escasamente en diversas metáforas o variaciones
estilísticas. La ávida balanza de los medios -no todos utilizan el mismo hierro-
permaneció inmóvil. Presumo pues, que nada nuevo debe ser presumido. Infiero que más
allá de lo dicho nada debo contestar a ello.
Cuando nada nuevo aparece en escena, mas allá de reforzar la vejez del espectáculo
añoso, que se pretende eterno si puede aparentar rendimiento o redención, brotan
ante la mirada activa el buey, el arado y el rústico pagado que por tonto y tanto
por ciento cosecha miles. Abandonemos al aleatorio y permutable actor, pues se
aprecia en su virtud necesaria, relegación de su necesidad al interior del surco
saturado en satrapía. Hablemos pues del buey que nos lleva, abandonando el
sustituible forzado al sudor y al cuervo, y el mellado acero al oxidado departamento
de reposiciones. Hablemos pues -si es permitido debido a su justa pertinencia- del
buey que nos arrastra.
Hay una borrasca básica general y común a diferentes ejemplos y proyectos: el
silencio, reforzado por afonía en atonía, manta formal y artesanal consensuada. Los
recientes asuntos padecidos -en o por, vaya usted a saber- en el museo Guggenheim
pertenecen a similar o paralelo despropósito. Así señalé en pasada entrevista el
mutismo de la falsa oposición institucional ante la obediencia debida refrendada por
el gobierno y la acordada supresión general de auditorias por aparente oposición
(¿disposición?). Ley vasca de museos, Plan vasco de cultura... relatan paralelismos
con Coslada; Tras los adornos de ambiciones varias, cruentas e incruentas, se
aprecia al perseverante funcionario o aun más allá, al culpable de la necesidad de
nuevos planes, reciclándolos en aparente actualidad para resultar y confirmar lo
mismo y mismos. Varios de los desaparecidos (estilo Rubén) cientos de textos que
incluía en el catálogo de la rechazada exposición y en la propia muestra, mas acá de
otros diversos asuntos sobre aguas mayores, señalaban con precisión y solución
tramas de similar oportunidad: Quizás por ello se necesitó de lectura visual
eliminada. Si los medios, por ignorancia, pérdida palatal o cogestión, no ofrecen
relatos que señalen esos recorridos, estéril es hacerlo en estas líneas, que por
anteriores intentos de emersión presumo nuevamente submarinas. Doy por tanto todo lo
anterior por cierto, sólido, evidente y descriptivo, como haría cualquier ciudadano
honrado que tras el opaco muro institucional, sueña y vive.
¿Dónde está el dinero público? ¿Dónde las ideas? ¿Dónde la honradez? ¿La sensatez?
¿Son acaso, por necesidades inherentes a beneficiosas estrategias de cualquier
obediencia debida, incompatibles con el sueldo? ¿Por qué se crece hacia abajo? ¿Por
qué las instituciones se defienden con la ley frente a la Justicia? Cierto
ostracismo ejecutado sobre mi persona es justo de coartada: se corresponde con el
profundo desprecio que ha tiempo abono para obtener ganancia que justifique un
futuro. Coincido con el elegante Gianni cuando señalaba que actualmente una obra que
no contiene violencia dice poco. Pero no se alarmen, contrariamente a lo que
intencionadamente señalaba cierta prensa, y pese a valorar el lanzamiento de
esculturas por la borda en esperanza cierta de encontrar nadando desnudos políticos
rezagados o torpes, no utilizo metralleta, salvo armas afines a las interrogaciones
previas, que la evidencia y la historia demuestran molestar a nuestros
representantes mas que las automáticas: ¿Dónde está el dinero público? ¿Está oculto
al interior de nuestros políticos?
El muerto al hoyo y el vivo al pollo. O a la polla, para prevenir acusaciones
sexistas. El rústico, el muerto, el pollo o la polla, serán sustituidos, todos, tras
la turca disfrazada en informe incierto y farragoso, precisamente por el proveedor
partido cómplice -un delantero buey- quien mejor que nadie conoce la dotación del
botellero, quien imprime la etiqueta y señala contenidos adecuados... Mi dosis,
siempre la misma y sin doblez, carece de ingredientes que perturben la verdad. Les
informo en siguiente párrafo de las dosis que la institución y su gobierno pretenden
contener. Notifico también los contenidos -cuando lean esto, nuestros políticos
habrán recibido comunicado puntual de los hechos-, a cualquier oposición e incluso a
algún posible ingenuo (ingenuidad básica, de diccionario: buena fe, verdad en lo que
se hace o dice) del partido; garantizo que analizar o auditar será en ello tiempo
desagradablemente divertido.
La dosis, el cóctel ofrecido por el gobierno a través de su representante político
en el museo, posee inequívocamente título viejo: El ejercicio de los derechos no
puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa. La objetividad con que
los políticos me han obsequiado es la siguiente: Pintura de los techos del museo,
catálogos de otras exposiciones, montajes ajenos a mi exposición, materiales de
intendencia del museo que nada tienen que ver con la muestra, multiplicación
aleatoria e interesada del coste de mis necesidades, inclusión del importe de
supuestas y falsas necesidades futuras, cuantía de su destrucción posterior de
obras, falsificación de argumentos y de documentos susceptible de fraude procesal...
Ese vaso aparente de nula transparencia, donde con burbujas SuperFairy se pretende
alcanzar el borde adornado de exceso con 35% de exuberancia, no es sino mera espuma
saponaria, golpe escenográfico, raudo y violento en espumoso de baja graduación
(apenas 5%) que alcanzó precisamente ese nivel escaso, única y estrictamente, debido
a impedimentos, retrasos y nula profesionalidad del servidor. Una de las guindas
decoradas se refleja en su agradecimiento escrito al aceptar yo verbalmente una de
sus inexplicadas suspensiones de la exposición. La aceituna es hangar para
dirigibles y aviones ofrecido por el museo, transformado por mí en escasa nave para
obtener ajustado alojamiento posible previo al contenedor opaco. El limón -hubiese
preferido naranja- es la inclusión de transportes necesitados, ordenados y
realizados por el museo. El borde edulcorado consiste en añadir los gastos
pertinentes a su incomprensible destrucción de numerosas obras, ornato unilateral,
sin sentido y posterior a la suspensión, que desgraciadamente clarifica una
intencionalidad que va mas allá de sus obligaciones fundamentales como garante de
obras de arte. Mas adornos, palillos y cítricos ácidos podría señalar, pero es
suficiente por ahora para prevenir que la crueldad me agravie.
De todo ello se pretendió y pretende ingesta. Esta es la indigesta bebida servida
por el camarero gubernamental tras agitación oportuna e interesada, por expresar mi
intención y convicción de no tragar su infame liquido, de no silenciar mi palabra de
por vida, como autoritariamente y quizás inconstitucionalmente se me exigió firmar.
Cualquier bebedor (incluso abstemios) puede observar que la bebida es y será
repugnante por sus excesos en dinero, futuro e imagen; salvo el político incólume,
que siempre advierte que sólo se baraja dinero público, irrelevante por tanto para
quien no desvíe su carrera, no ensucie su dorsal homologado, ni descuide su mirada
atenta y cuidadosa sobre quien se aproxima cabalgando en los vientos temporales.
Podríamos entender actitud similar en cuestión privada, pero cuando es el
representante o delegado del gobierno quien utiliza sistemáticamente la mentira para
defenderse del ciudadano, cabe preguntarse: ¿Qué actitudes y hechos debemos ejecutar
para defendernos de nuestros representantes? ¿De que armas disponemos? Continuando
con el cinismo que la autoridad torna irreversible, finalizo con nueva cuestión
extraña de lógica ingenua: ¿Si el representante político del gobierno en el museo de
Bellas Artes de Bilbao, se permite intencionadas censuras, arbitrariedades, mentiras
y anomalías merced a que el dinero manejado no es suyo sino público, no debiera
exigírsele por ignota indisimulada autoridad que responda de ello con su propio
patrimonio? Desgraciadamente, en nuestro sistema parece asunto imposible, pues
vivimos en democracia, y en la oportunidad irresponsable, el ciudadano, el político
especialmente -dice Blades, en Buscando Euzkadi-, está viendo la telenovela: por
eso nadie mira pa fuera.
Tras numerosos años, impedido de trabajar debido a la retención del museo de la
totalidad del taller y sus pertenencias y obras de mi propiedad -además de cientos
de miles de materiales gráficos imprescindibles para realizar mi obra, recogidos y
seleccionados a lo largo de mas de treinta años-, continuo en la misma situación:
sin poder trabajar, sin su disponibilidad, sin conocer su estado pese a solicitar
garantías con posterioridad a su suspensión unilateral. Actualmente, ignoro sí han
sido arruinadas más de las 10 obras de las que inauditamente se me exige el pago de
su destrucción a fin de alcanzar la desviación que describen.
No quisiera terminar sin disponer ración de pienso para ovejas disponibles:
¿Encontraremos el arte antes de que se nos muera dentro? ¿Seguiremos huyendo al
lugar donde nos maquillan el temor en fuerza?
Sra. Doña Miren Azkarate
Consejera de Cultura
Gobierno Vasco
Bilbao, martes 15 de Julio. 2008
Estimada Señora Consejera de Cultura:
Con el debido respeto, me dirijo a usted para informarle y advertirle de diversas
circunstancias anómalas sobre las que, ingenuamente, supongo no posee la información
adecuada, justa y eficaz, debido quizás al oportuno silencio de diferentes personas
que disciplinadamente no se permiten molestarla con cuestiones tan intrascendentes
como robos, arbitrariedades, censuras y apropiaciones indebidas.
En primer lugar le hago notar que pese a tratarse únicamente de Cultura, acepto
normativamente su anterior silencio al respecto, pues pese a mantener esta, relación
con conceptos asimilables a Libertades y Derechos, son cuestiones estas muy
marginales y tangenciales a su excelente actividad política, la cual en ningún
momento quisiera perturbar en exceso con nimiedades semejantes.
Siento que sus ocupaciones le hayan impedido responder a mi demanda sobre la
utilización fraudulenta por ETB de mi rostro y obra como cortinilla publicitaria de
uno de sus programas durante cientos de días. Supongo que debo entender, y así lo
comprendo, que aprecio erróneamente la necesaria subordinación de la cultura a fines
mas elevados, solución que presumo objetivo prioritario y primordial para su
conserjería de Cultura.
En segundo lugar quisiera informarle de un hecho que usted conocerá por su
publicación en diferentes medios. Mi proyectada exposición, encargada por el Museo
de Bellas Artes de Bilbao, fue suspendida unilateralmente por su representante
político en el mismo, debido a mi terca y empecinada negativa a la firma de un
documento presentado por el museo, en el cual se exigía silencio total sobre la
gestión museística durante toda mi vida y delegar en el museo el control de
contenidos, imagen y representación. Podría usted interpretar esto como subjetividad
personal, pero una mínima auditoria del proceso y especialmente lo concerniente a la
variedad de los contenidos y soportes de las demandas interpuestas por el museo y el
artista, le permitiría apreciar -preventivamente- la existencia de Cearsolos listos,
como en ocasión disímil pero no divergente, señaló alguno de su oposición. (En
prevención de que sus ocupaciones le impidan el cotejo de dichos documentos, le
adjunto como posdata uno de los once párrafos -no el más descriptivo u oportuno para
mi evitación- contenidos en uno de los comunicados que para evitar daños a mi imagen
y honor, divulgaré a Personas, Partidos, Prensa y Medios sobre tan absurdo
despropósito). Esperando no encontrar en usted enemigo incomprensible, le garantizo
que esas lecturas, ademas de aportarle múltiples y numerosas claves definitivas para
la justa apreciación de lo descrito, le harán disfrutar tristemente de sensaciones
divertidas.
En tercera posición, aunque no última cuantitativamente, le comunico que su
representante en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, quizás correctamente entendido
para bien de la cultura vasca y sus posesiones patrimoniales, sin consentimiento ni
autorización, ha reproducido, publicado y hecho figurar como suya, una obra de mi
propiedad, cuya posesión, como sabe o debiera saber -dado que me han presentado al
día de hoy tres documentos tendentes a su donación, alguno con su firma o de
apoderado- está condicionada al desenlace final de la exposición suspendida
unilateralmente por el museo. Tras informar por burofax a su representante
museístico de tal torpeza -en mi humilde opinión personal-, al día de hoy, la
publicación, lejos de ser retirada e informar públicamente de los daños del desliz,
se expende en el museo con los errores legales y de forma y fondo de los que debo
suponerla informada. Comprendiendo que los nimios vínculos arriba señalados,
asociables desgraciadamente a las obras de arte, no deben perjudicar los altos
asuntos y objetivos del museo -salvo que usted tenga opinión contraria-, someto
también a su disposición -sea palabra o silencio- la consideración del hecho.
Interpretando correctamente que nuestras instituciones culturales, tienen
obligaciones y devociones más perentorias que las relatadas, sean estas Derechos o
Propiedad Intelectual, aceptaré respetuosamente su protocolaria resolución o elipsis
sobre las cuestiones señaladas en párrafos anteriores. No obstante, si es de su
interés clarificar cualquier duda o matiz al respecto, abro las puertas de mi
estudio a su persona y representación.
Siga contando con mi consideración y voto. Le saluda atentamente:
José Ramón Sainz Morquillas
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